En pleno corazón de la provincia de Albacete, enclavado en un espectacular cañón formado por el río Júcar, se encuentra Alcalá del Júcar, uno de los pueblos más pintorescos y sorprendentes de Castilla-La Mancha. Declarado Conjunto Histórico-Artístico y reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España, este destino combina historia, naturaleza y un encanto que enamora a cada visitante.
Un paisaje de postal
La primera imagen que sorprende al viajero es su entramado de casas blancas colgadas en la ladera, escalonándose hacia lo alto, con el castillo medieval vigilando desde la cima. El contraste entre la roca, la vegetación y el curso serpenteante del río crea una panorámica que parece sacada de un cuento.
Patrimonio e historia
El Castillo de Alcalá del Júcar, de origen islámico, es el emblema del municipio. Su torre del homenaje y murallas ofrecen unas vistas únicas de la hoz del río. Paseando por las estrechas y empinadas calles empedradas, el visitante se topa con rincones llenos de historia como la Iglesia de San Andrés o la Plaza de Toros, una de las pocas plazas de forma irregular en España.
Pero quizás lo más curioso de la localidad son sus cuevas excavadas en la roca. Muchas de ellas, como las Cuevas del Diablo, de Masagó o del Garadén, están abiertas al público y cuentan con exposiciones, bares o miradores interiores con ventanas naturales hacia el cañón.
Naturaleza y aventura
El entorno del río Júcar invita a actividades al aire libre como senderismo, piragüismo, rutas en bicicleta o paseos relajantes junto a sus aguas. El Puente Romano, que cruza el río, es otro punto imprescindible para admirar el paisaje y captar algunas de las mejores fotografías del viaje.
Gastronomía local
La cocina de Alcalá del Júcar es un reflejo de la tradición manchega. Entre sus platos típicos destacan el ajo arriero, el atascaburras, las gachas y los gazpachos manchegos. Todo ello se acompaña con vinos de la comarca y postres caseros como el moje de mosto o las tortas fritas.
Fiestas y tradiciones
Entre las celebraciones más esperadas están las fiestas patronales en honor a San Lorenzo, con encierros, música y actividades populares que llenan de vida las calles en agosto.
Por qué visitarlo
Alcalá del Júcar no es solo un lugar para admirar, sino para vivirlo. Su mezcla de historia, naturaleza y hospitalidad lo convierte en un destino ideal tanto para escapadas de fin de semana como para incluirlo en una ruta más amplia por Castilla-La Mancha.
